El jabón de Marsella o "savon de Marseille" se produce todavía de forma tradicional en la región de la Provenza (Francia).
En caldero y bajo la atenta mirada del maestro jabonero, se mezclan los ingredientes y se cuecen a fuego lento para conseguir sus características pastillas con forma de cubo: en color verde (a base de aceite de oliva, para uso dermatológico) o blanco (con aceite de coco o palma, para uso doméstico). Con los característicos sellos en las 6 caras, donde indica "Extra Puro 72%".
Se realiza con ingredientes exclusivamente vegetales, sin perfume, sin colorantes ni conservantes y es un imprescindible en cualquier maison francesa, ya que es un multiusos para el aseo y la higiene del hogar.
La primer venta registrada de este producto data del siglo XII, pero es Luis XIV, en 1688, mediante un edicto (Edicto de Colber), quien introduce las regulaciones para limitar el uso del nombre "Savon de Marseille", a los jabones fabricados en el área de Marsella a partir de aceite de oliva.
Es un jabón natural, y biodegradable, y son bien conocidos sus beneficios en el cuidado de la piel, ya que no contiene colorantes, ni alérgenos, ni adictivos sintéticos. Su uso está recomendado en niños, en personas que sufren alergias, para el eczema e incluso para pieles grasas o con acné.
Se puede utilizar para lavar la ropa incluso de bebé y es un perfecto quitamanchas y limpiador del hogar.
¿No lo has probado? Te lo recomiendo!
