Mantón de Manila y Fotografía de Floriana 1920, del catálogo de la exposición " El mantón de Manila", Fundación Loewe 1999

El MANTÓN de MANILA

Forma parte de nuestra esencia, pero su origen no está ni aquí, ni en Manila.

De origen chino, tomó el nombre de Manila porque era donde comenzaban las rutas comerciales de la dorada Época Imperial Española.

Fueron los chinos los que empezaron a hacer el tejido de seda, en forma cuadrada, a bordarlos y a comercializarlos para la burguesía de la época.

Eran llevados a  España, Portugal y Sudamérica.

En un principio los dibujos eran dragones, pagodas y flores chinas y poco a poco fueron modificando los motivos al gusto de las clientas.

 A mitad del Siglo XVIII, las mujeres comenzaron a usarlo como prenda de abrigo, para cubrirse los hombros y protagonizó zarzuelas y obras de arte de la época.

La historia más romántica cuenta que fueron las cigarreras de la Real Casa de Tabaco de Sevilla las que dieron uso a un delicado tejido que cubría el tabaco llegado de América, para protegerlo de la humedad de los viajes en barco, lo bordaban y le añadían flecos de macramé.

Así fue como pasó a formar parte de casi todos los trajes regionales de España.  

Pero pasaron los años y la poderosa industria inglesa impuso una nueva moda con tonos grises y opacos, y las damas se olvidaron del mantón.

Gracias a la moda y al resurgir de las tradiciones de cada región se ha vuelto a valorar esta pieza tan delicada y tan nuestra.

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